Los productos que se reutilizan se pueden rastrear con un código de barras único o un código QR.

Cuando la gente habla de reducir los desechos plásticos, tiende a tener una visión limitada de las posibilidades, como usar botellas o bolsas de compras reutilizables. La mayoría de las veces, la atención se centra en lo que pueden hacer los consumidores. Pero para evitar que se fabriquen toneladas de plástico para tirarlas, las empresas deben asegurarse de que las personas puedan reutilizar y rellenar todos sus paquetes y productos, desde comidas preparadas y refrescos hasta champú y delineador de ojos.

Esto significaría un sistema en el que la gente no compra nuevos envases de plástico desechables, sino que los minoristas y fabricantes los recogen para rellenarlos y luego devolverlos al taller. Para muchos productos, este mismo contenedor se reutilizaría cientos de veces. Esto no es algo que los clientes puedan hacer que suceda por sí mismos: requiere que los fabricantes, los minoristas y los reguladores de salud y seguridad trabajen juntos.

Cadenas de suministro inversas

Actualmente, las empresas toman materias primas, elaboran un producto y lo distribuyen a sus clientes en envases de un solo uso que luego se desechan. En un sistema circular donde el plástico se reutiliza, las empresas también tendrían que recolectar, limpiar, almacenar, rellenar y redistribuir ese empaque. Todos estos pasos cuestan dinero y crean nuevos riesgos para el negocio.

La salud y la seguridad es una de las mayores preocupaciones de los minoristas de alimentos, bebidas y cosméticos. En una cadena de suministro lineal, el cumplimiento de los reguladores es relativamente sencillo. Cada paquete de producto, ya sea una botella de champú o una bandeja de curry ya preparada, debe tener una etiqueta única en caso de que haya un lote defectuoso que deba retirarse debido a un alérgeno no etiquetado o contaminación bacteriana. El empaque se puede marcar una vez cuando está lleno y luego desecharse. Pero para una economía circular, debe haber una forma de volver a etiquetar diferentes lotes de productos distribuidos en el mismo contenedor.

Nivea lanzó una estación de recarga de gel de ducha en Hamburgo, Alemania, en el 2020. Los clientes devuelven su botella de champú, la rellenan en la tienda y una máquina imprime una pegatina para identificar el lote del producto. Esto todavía supone que los clientes harán gran parte del trabajo, incluida la adición y eliminación de pegatinas para garantizar que su producto reutilizable cumpla con los requisitos de salud y seguridad.

Garantizar que todos puedan reutilizar fácilmente los productos requerirá soluciones más elegantes. El primer paso es que las empresas realicen sus envases con un pasaporte de producto digital. Esencialmente, se trata de un código QR único que se puede escanear en puntos clave del recorrido del producto-cuando se devuelve a la tienda, cuando el fabricante lo limpia y rellena en un almacén, y cuando se devuelve a una tienda o se hace un pedido en línea. El embalaje se escaneará cientos de veces, lo que permitirá a las empresas demostrar que cumplen con los estándares de salud y seguridad. Y cada paquete se puede identificar y retirar si hay lotes de champú o curry contaminados.

Nuevos modelos de negocios

Los pasaportes de productos digitales también pueden ayudar a las empresas a determinar si los envases reutilizables son rentables. Con los envases reutilizables, las empresas podrían recuperar los costos e incluso ahorrar dinero si el envase de curry se reutiliza y rellena las veces necesarias.

Pero los envases reutilizables probablemente costarán más por unidad porque deberán hacerse más duraderos. Pero esto no significa que la empresa recuperará el costo total y comenzará a obtener ganancias si el contenedor se devuelve y se vuelve a llenar 25 veces. Hay costos adicionales, como mano de obra y energía que se requieren para recolectar, almacenar, limpiar y rellenar el empaque. Si bien estas cosas se pueden calcular para determinar el costo por uso de un paquete reutilizable, las empresas no sabrán el precio real a menos que tengan una forma de rastrear su paquete y averiguar la tasa de devolución. Las tasas de devolución variarán ampliamente dependiendo del producto, lo fácil que es devolver el paquete, e incluso las normas culturales. Sin una inversión en seguimiento, hay muy pocos estudios de casos a los que acudir.

Los envases reutilizables presentan una serie de nuevos riesgos para las empresas. ¿Cómo se fabrican envases que se pueden congelar, dejar caer y luego calentar a 200° C en un horno y afirmar con seguridad que se pueden usar 400 veces y que todavía tienen las mismas especificaciones que cuando se produjeron por primera vez? ¿Cómo puede configurar una cadena de suministro inversa para que al menos el 50% de sus botellas de champú se devuelvan y se vuelvan a llenar 400 veces?

Debido a que permiten a las empresas rastrear cuántas veces se pueden reutilizar diferentes tipos de envases y con qué frecuencia las personas los devolverán, los pasaportes de productos digitales son el primer paso para resolver ambos desafíos. Ahora las empresas deben poner en práctica estas ideas.

Fuente: weforum.org