“Las empresas debemos apostarle al ecodiseño, la tecnología y la innovación al fabricar los envases y empaques, para permitir el máximo aprovechamiento de los materiales y convertirlos en nuevas botellas, ropa de hogar y prendas, entre muchos otros.”

Álvaro Hincapié Vélez, presidente de Enka.

Hace años, cuando la basura era solo basura y el afán de vestirnos con prendas importadas tenía al mercado saturado de ropa extranjera, lo colombiano pasaba inadvertido y los desperdicios generados alcanzaban cifras alarmantes. Éramos famosos por nuestras telas, pero nunca por nuestras confecciones; eran los diseños de otros los que nacían a partir de la materia prima que se producía en Colombia, que era de excelente calidad según cuentan.

Hoy eso es historia.

Hace poco, Colombiamoda llenó de vida y color nuestra ciudad. El talento local deslumbró a los asistentes con colecciones colombianas de principio a fin, que no escatimaban en esfuerzos a la hora de salvaguardar el medio ambiente, quien fue tan o más protagonista.  

En este trabajo conjunto, 271 empresas de 21 países fueron invitadas a la feria que contó con cerca de 400 expositores y miles de asistentes. En el caso de Coca Cola, la organización se unió al proyecto de ‘Historias Hechas a Mano’ del diseñador Juan Pablo Socarrás para el cual se recolectaron alrededor de 400 kg de PET y residuos reciclados que fueron utilizados para confeccionar las prendas del desfile inaugural.

Como él muchas marcas expusieron sus apuestas por el uso de fibras y materiales textiles sostenibles, con uso limitado de colorantes y productos químicos nocivos para la salud y el ecosistema, reducción en el uso de energía y agua, además de diseñado y producido localmente: Semeralda swimwear, Acquarello, Macaria Kids, entre muchas otras.

Este boom de la moda con responsabilidad social y ambiental se ha venido gestando en Colombia durante algún tiempo y esta edición de la feria ha demostrado que la preocupación por los recursos naturales ya no puede considerarse un factor diferenciador, sino que debe tender a convertirse, a largo plazo, en una bandera de los modelos de negocio de todas las industrias.

“Desde el eje ambiental, la transformación de las botellas de PET permite un ahorro de energía de 92% si se compara con el mismo proceso a partir de materias primas vírgenes, y a su vez reduce las emisiones de CO² en un 72%.”

Dice Álvaro Hincapié Vélez, presidente de Enka de Colombia, transformador y proveedor de materias primas recicladas.

Son muchas las personas involucradas en el proceso, desde recicladores hasta productores, y todos los actores desempeñan un rol importante a la hora de completar el círculo y enlazar el ciclo del PET virgen con el reciclado.

Ya la basura no es basura.

Y si en Colombiamoda se enorgullecen de reciclar, ¿nosotros por qué no?

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