El futuro de la industria del plástico es verde
La interrupción de las cadenas de suministro mundiales y la volatilidad económica revelaron la vulnerabilidad de los combustibles fósiles como industria. Por el contrario, las energías renovables resultaron ser más resistentes. Su implementación se ha vuelto más urgente debido a los impactos negativos de la humanidad sobre el medio ambiente y el cambio climático en curso. Las energías renovables ya representan casi el 30% de la producción mundial de electricidad, y el mundo podría estar en camino de experimentar la mayor caída anual en las emisiones de gases de efecto invernadero .
En los próximos años, es probable que seamos testigos de cambios sustanciales en los patrones tecnológicos a nivel mundial. Ya que en un futuro las industrias y las tecnologías dependerán cada vez más de sus políticas de responsabilidad social corporativa y medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Pero a medida que disminuya la dependencia del petróleo y el gas, otras industrias, como la petroquímica, aumentarán su huella económica.
Actualmente, no faltan programas estatales que se esfuerzan por facilitar la transición a una economía verde. El Green Deal, anunciado el pasado mes de diciembre por la Comisión Europea, es el ambicioso plan para que Europa se convierta en carbono neutral para 2050 , acelerando la transformación económica y la dependencia de las tecnologías verdes. También se produjeron cambios a nivel empresarial, durante el año pasado, las principales corporaciones mundiales aumentaron sus inversiones en energías renovables. Empresas como Shell y Rosneft apuntan a impulsar su compromiso con las causas ecológicas.
El mercado seguirá creciendo y las economías emergentes serán testigos de un aumento del número de empresas petroquímicas. Al mismo tiempo, existe una creciente preocupación por la dependencia del plástico y su impacto ambiental. El año pasado hubo una anticipación compartida sobre la eventual disminución del consumo de plástico, pero la pandemia resultó en un resurgimiento. El material resultó ser higiénico y eficaz para proteger contra la transmisión de COVID-19, y su uso en servicios de salud y servicios relacionados.
Hoy, menos del 10% de todos los plásticos se reciclan y a esto se le une los masivos volúmenes de plástico pospandémico que no se podrán manejar correctamente y a tiempo. Las empresas y los gobiernos deberían adoptar una postura más firme sobre este tema. Deberá fomentar la producción de polímeros con cualidades reciclables mejoradas que facilitarían la devolución de los plásticos usados a nuestra economía e invertirían en la reducción de la huella de carbono de la industria. El uso de tecnologías limpias incluye tecnologías para capturar, usar y almacenar carbono, cambiar a combustibles gaseosos, mejorar la eficiencia energética, reciclar plástico y utilizar materias primas alternativas.
La industria petroquímica tiene la capacidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. De 1990 a 2016, la industria química europea redujo sus emisiones de GEI en un 60,5% y aumentó su producción en un 85%. Se prevé que las emisiones de CO2 del sector químico disminuyan en un 45% para 2050 en un “escenario de tecnología limpia” y la demanda de productos químicos básicos crecerá en un 40%.
La sostenibilidad, la economía circular y un objetivo de cero emisiones solo se lograrán priorizando nuestras acciones y políticas juntas para el bien ambiental a largo plazo más significativo.
Fuente: weforum.org