Publicado en: 4 agosto, 2022
r-PET: una apuesta reciclada y reciclable
By: blogproplas

Las marcas emergentes que integran la sostenibilidad pueden crecer 186 veces la tasa promedio en sus categorías de producto.

Sin lugar a duda, es posible asegurar que el término utilizado con mayor frecuencia en los últimos años, dentro de cualquier contexto, es el de sostenibilidad. Y es que no en vano los medios han bombardeado `por todos los frentes la inminente necesidad de generar un cambio que permita a la raza humana ser ‘sostenible en el tiempo’. Entiéndase tiempo como la prolongación de un futuro que, hoy en día, es incierto.  

Aunque este concepto abarca todos los aspectos de la vida, todos sujetos a mejora, existe uno que se ha convertido en el factor de riesgo más latente para los ecosistemas acuáticos y terrestres, y que podría ser el talón de Aquiles de las campañas en pro de la sostenibilidad: la disposición de residuos.  

En general, las emisiones de CO2 a la atmósfera que más fácilmente se detectan y pueden asociarse a un responsable están relacionadas con la fase productiva de las empresas y la obtención de materias primas. Una compañía puede hacer trazabilidad de los materiales que utiliza dentro de sus instalaciones o para operar correctamente, hacer estudios de huella de carbono de los procesos en sí mismos y cómo disminuirla, o propender por el uso de materiales eco-amigables, pero no tiene inherencia, al menos no directamente, en la disposición final del producto o de los residuos asociados a su uso por parte del consumidor. 

Así, toneladas y toneladas de residuos terminan en vertederos o afluentes de agua, contaminando y afectando la vida no solo de los ecosistemas naturales sino también de la vida en las urbes o en el campo.  

Cabe preguntarse entonces qué puede hacer el productor para, a lo sumo, alivianar la carga al planeta. Excelente pregunta.  

Muchas compañías han encontrado, también, excelentes respuestas. Hoy ponemos sobre la mesa una: 

El uso de materiales que provienen de fuentes sostenibles en combinación con medidas de circularidad que permiten a las empresas reintegrar los residuos a la cadena productiva. 

La empresa Suntory Beverage & Food Spain (SBFS) ha anunciado que el plástico para la popular Schweppes ya es 100% reciclado, r-PET, por sus siglas en inglés; y, mejor aún, reciclable. Este tipo de acciones suponen disminuciones de hasta el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero y son parte del plan de acción de la compañía que propende a reducir su huella de carbono en un 50% para el 2030.  

Es decir, es posible. No obstante, como bien lo dice el título, es una apuesta. Una apuesta por la colectividad, la cooperación y buena voluntad de los consumidores, de los proveedores y demás aliados que forman parte del ciclo de vida del producto.  

¿Cómo garantizar la circularidad? Aquí algunas ideas: 

  1. Creación de un mercado nacional de r-PET de calidad debe ser un objetivo estratégico. Así se asegura la cantidad de material suficiente para todos los actores. 
  2. Implicación de todos los actores de la cadena. Crear un equipo de trabajo en donde estén presentes todos los agentes de la cadena de valor del PET par avanzar de manera consensuada y transparente en la consecución de un mercado r-PET de calidad.  
  3. Introducción de mejoras en los procesos de recogida y selección para evitar la contaminación del material recolectado.  
  4. Transformación del parque. Buscar vías de colaboración público-privada par apoyar inversiones destinadas a la mejora de las infraestructuras y dotación tecnológica de los recicladores.  
  5. Reserva legal. Disponer de una reserva normativa para garantizar que el sector productivo pueda tener acceso suficiente a r-PET de calidad certificado para el uso en cuestión. 
  6. Incentivos fiscales. Dar un impulso a los mercados secundarios de materias primas plásticas mediante incentivos fiscales que incorporen una mayor cantidad de plástico reciclado.  
  7. Impuestos verdes. Generar estímulos que lleven a toda la cadena de valor del envase a valorizar el residuo como recurso y reintroducir el plástico en el proceso productivo.   
  8. Apuesta por la eco-modulación. Favorecer el ecodiseño mediante la concesión de ventajas a quienes tengan un producto pensado para el reciclaje y reutilización.  
  9. Compra pública ecológica. Movilizar la demanda de r-PET utilizando como palanca la contratación pública de forma que se priorice en los pliegos de licitación a aquellos productos que incorporen material reciclado.  
  10. Implicación de la ciudadanía. Fomentar campañas y espacios de debate para evitar comportamientos inadecuados en los consumidores.  

Tomado de: https://thefoodtech.com/diseno-e-innovacion-para-empaque/botellas-100-reciclado-rpet-la-apuesta-de-schweppes/

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